Es casi imprescindible en cualquier cocina el uso de las sartenes, pero conservarlas en un estado óptimo es una misión difícil, ya que suelen engrasarse rápidamente y su aspecto pegajoso no es agradable. Pero debes saber que existen algunos tips que podemos usar para hacer que brillen de nuevo, lo que será beneficioso para tu bolsillo.
Muchas veces no sabemos qué hacer con tantas sartenes quemadas y grasientas que tenemos en la cocina y, preferimos comprar unas nuevas echando las viejas a la basura. Ello implica tener que pagar un precio bastante elevado, por lo menos cada 6 meses para obtener un producto de esta categoría, cuando podemos aprender a cuidarlas y conservar su adherencia para que las comidas no se peguen.
En la web existen miles de trucos caseros con productos fáciles de conseguir, que nos permiten limpiar las sartenes y dejarlas como nuevas. Así que, sigue leyendo estas líneas donde te daremos al menos 5 tips de lo que puedes hacer para limpiar tus sartenes.
1. Cuando la sartén es nueva
Un aspecto importante que debes tener en cuenta desde el primer día que compras tu sartén, es tratar de conservar siempre su antiadherencia, esa película que evita que los alimentos que cocinamos en ella queden pegados a la superficie del objeto. Así que, antes de usarla por primera vez es recomendable lavar la sartén y secarla. Después, es conveniente aplicar con un paño de cocina una delgada capa de aceite a la superficie de la sartén, la colocas en la estufa con la llama a fuego medio durante aproximadamente un minuto y a cocinar.
Procura no utilizar utensilios metálicos con sartenes antiadherentes, tales como tenedores, espátulas, cucharas o cuchillos, pues estos objetos deterioran el recubrimiento antiadherente, siendo recomendable usar aquellos fabricados con nylon reforzado con fibra de vidrio para revolver los alimentos, ya que son resistentes hasta 220 ºC de temperatura. Tampoco cortes tus alimentos dentro de la sartén, porque esa acción también daña la superficie antiadherente. Una vez que termines de cocinar, retira la sartén de la estufa, ya que no es recomendable dejar que siga calentándose y no la toques hasta que se enfríe.
Es importante, evitar el lavado de la sartén con agua fría si aún se encuentra caliente, porque ese es otro factor para que pierda su antiadherencia. Lo recomendable es esperar a que esté fría y lavar su interior con una esponja suave para retirar los residuos de alimentos, también de esa forma evitas los rayones de la película antiadherente. Una vez limpia, seca la sartén con un paño seco para que no se manche con el agua.
2. Para sartenes usadas
Si bien este tipo de herramientas culinarias pueden lavarse en el lavavajillas, debes considerar ciertas medidas para lavarlas a mano y evitar dañarlas, como por ejemplo, no usar estropajos metálicos ni productos abrasivos, porque estos elementos deterioran la superficie de la sartén. Aunque esté usada, siempre espera que se enfríe la sartén antes de lavarla.
Para cuidar la película antiadherente de tu sartén también puedes usar sal común. Una vez que has limpiado tu sartén, se coloca en la estufa encendida y debes esperar a que se caliente. Después, es necesario añadir 3 cucharadas soperas de sal y esperar un tiempo aproximado de tres minutos, hasta que la sal comience a oscurecerse. En ese momento debes retirar la sartén de la estufa y esperar a que se enfríe. Seguidamente, con un paño seco puedes eliminar los residuos.
En otro sentido, debemos destacar un truco que es usado por muchas abuelas y que es muy efectivo para limpiar nuestras sartenes, utilizando agua, jabón y la estufa. Después de cocinar, con una esponja suave con jabón frota la superficie de la sartén cuando ya esté fría. Seguidamente, la llenas de agua y la pones a hervir en la estufa. En ese momento, la retiras del fuego, vacía el contenido y retira el resto de suciedad con un papel absorbente. Así tendrás la mejor sartén (aquí encuentras unas opciones de compra), lista para usar y completamente limpia, sin restos de alimentos pegados ni grasa en la superficie.
3. Limpia la base de la sartén
Si quieres eliminar la suciedad que se adhiere a la base de la sartén, recomendamos usar vinagre y bicarbonato. Esta combinación eliminará la suciedad, pero además, podrás eliminar los malos olores adheridos a la sartén y desinfectarla, por lo que una opción muy efectiva. Solo tienes que espolvorear el bicarbonato sobre la base de la sartén, teniendo cuidado de que el polvo cubra por completo esta área y seguidamente añadir el vinagre encima del polvo. Deja que la mezcla actúe por un tiempo aproximado de unos 20 minutos y después debes frotar la base con un estropajo de aluminio, haciendo movimientos en círculos, hasta que desaparezca la suciedad.
Para darle brillo, pudieras utilizar el limpiador que sirve para la vitrocerámica. Es un producto muy efectivo y fácil de usar, sólo tienes que extender el líquido en la base de la sartén y dejar actuar por unos minutos. La suciedad debería desprenderse fácilmente en virtud del efecto abrasivo del limpiador y solo será necesario retirar los residuos, con la ayuda de un estropajo metálico. Después debes asegurarte de lavar con abundante agua y jabón la sartén para que no queden residuos del limpiador.
4. Para residuos de alimentos pegados
Si tu sartén tiene comida pegada, o si está quemada y quedó una capa negra en la sartén que parece difícil de quitar, podrías eliminarla usando suavizante de ropa. Añade un poco del producto en la superficie y déjalo actuar por un tiempo de dos horas aproximadamente. Después de ese tiempo la suciedad debería haberse aflojado. Seguidamente, procede a lavar bien la superficie interna de la sartén con agua y jabón, asegúrate que no queden residuos u olor del suavizante.
5. Almacenamiento de las sartenes
Muchas personas acostumbran apilar las sartenes unas dentro de otras para guardarlas, otras prefieren guardarlas dentro del horno. Pero debes saber que las sartenes también suelen dañarse como consecuencia del roce entre ellas. Así que, para su almacenamiento y cuidado, es conveniente colocar una capa de papel o un pedazo de cartón fino entre una sartén y otra para evitar que haya roces entre ellas.